jueves, 2 de abril de 2009

Uno de nuestros descubrimientos en el sur

Les introduzco al señor Roberto Fontanarrosa, en el III Congreso de la Lengua. El señor, un dibujante-humorista-escritor argentino que reflexiona sobre las malas palabras en la mesa de ponentes de la tercera jornada... no ocupan saber más, el resto se los dice él mismo en esta transcripción de un fragmento de la ponencia que les ofrezco... si tienen tiempo para leerla, fabuloso!!!! Si prefieren, dejo el enlace a Youtube, para que lo vean, se caga uno más de risa. Si pueden, lean y vean!!!!!!!!!


La internacionalización del español
Roberto Fontanarrosa
Escritor(Argentina)

Un Congreso de la Lengua, es más que todo, para plantearse preguntas. Yo como casi siempre hablo desde el desconocimiento, me pregunto por qué son malas las malas palabras, quién las define como tal. ¿Quién y por qué?, ¿quién dice qué tienen las malas palabras?, ¿o es que acaso les pegan las malas palabras a las buenas?, ¿son malas porque son de mala calidad?, o sea que ¿cuando uno las pronuncia se deterioran? o ¿cuando uno las utiliza, tienen actitudes reñidas con la moral?
Obviamente, no se quién las define como malas palabras, tal vez sean como esos villanos de viejas películas como las que nosotros veíamos, que en un principio eran buenos, pero que al final la sociedad los hizo malos.
Tal vez nosotros al marginarlas, las hemos derivado en palabras malas, lo que yo pienso es que brindan otros matices muchas de ellas. Yo soy fundamentalmente dibujante, con lo que uno se preguntará: ¿qué hace ese muchacho arriba del escenario? Manejo muy mal el color, por ejemplo, pero a través de eso sé que cuanto más matices tenga uno, más puede defenderse, para expresarse, para transmitir, para graficar algo, entonces, ¿hay palabras, palabras de las denominadas malas palabras que son irremplazables, por sonoridad, por fuerza, algunos incluso por contextura física de la palabra. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que decir que es un pelotudo. Tonto puede incluso incluir un problema de disminución neurológica realmente agresivo.
El secreto de la palabra pelotudo, ya universalizada —no sé si está en el diccionario de dudas—, está en que también puede hacer referencia a algo que tiene pelotas. Puede hacer referencia a algo que tiene pelotas que puede ser un utilero de fútbol que es un pelotudo porque traslada las pelotas; pero lo que digo, el secreto, la fuerza; está en la letra t. Analicémoslo —anoten las maestras—: está en la letra t, puesto que no es lo mismo decir zonzo que decir peloTUdo.
Otra cosa, hay una palabra maravillosa que en otros países está exenta de culpa —esa es otra particularidad, porque todos los países tienen malas palabras pero se ve que las leyes de algunos países protegen y en otros no—, hay una palabra maravillosa, decía, que es carajo. Yo tendría que recurrir a mi amigo y conocedor, Arturo Pérez Reverte, conocedor en cuanto a la navegación, porque tengo entendido que el carajo era el lugar donde se colocaba el vigía, en lo alto de los mástiles de los barcos para divisar tierra o lo que fuere, entonces mandar a una persona al carajo era estrictamente eso, mandarlo ahí arriba.
Amigos mexicanos con los que estuve cenando anoche me estuvieron enseñando una cantidad de malas palabras mexicanas. Ahora que lo pienso creo que me estaban insultando porque se suscitó un problema con la cuenta a la hora de pagar. Me explicaban, que las islas Carajo son unas islas que están en el océano Indico.
En España, el carajillo es el café con coñac y acá apareció como mala palabra, al punto que se llega a los eufemismos se decía caracho es de una debilidad absoluta y de una hipocresía... ¿no?
A veces hay periódicos que ponen: «El senador fulano de tal envío a la M a su par…». La triste función de esos puntos suspensivos, realmente el papel absurdo que están haciendo ahí, merecería también una discusión acá, en el Congreso de la Lengua.
Voy a ir cerrando, hay otra palabra que quiero apuntar que creo es fundamental en el idioma castellano, que es la palabra «mierda», que también es irremplazable. El secreto de la contextura física está en la r —anoten las docentes— porque es mucho más débil como lo dicen los cubanos: miELda, que suena a chino y eso —yo creo que ahí está la base de los problemas que ha tenido la Revolución cubana—, quita de posibilidades de expresiva.
Voy cerrando, después de este aporte medular que he hecho al lenguaje y al Congreso, lo que yo pido es que atendamos a esta condición terapéutica de las malas palabras. Mi psicoanalista dice que es imprescindible para descargarse, para dejar de lado el estrés y todo ese tipo de cosas. Lo único que yo pediría (no quiero hacer una teoría) es reconsiderar la situación de estas palabras. Pido una amnistía para la mayoría de ellas. Vivamos una navidad sin malas palabras e integrémoslas al lenguaje, que las vamos a necesitar.

Enlace en Youtube a la primera parte:

http://www.youtube.com/watch?v=ErGLhqYJOrk

7 comentarios:

raaul dijo...

Si no tienen tiempo, de verdad que mejor váyanse a Youtube, que está completito todo lo que dice y es muy chistoso.

Pelele dijo...

Buenísismo. Realmente no tiene desperdicio. Todos en la mesa se reían, excepto el gordo que parecía un sapito albino apunto de eruptar.
Alguna vez hemos hablado de eso en el 8. La sonoridad de las malas palabras!!!! a mi me gusta culo y puta y mierda.
Aunque también creo que en Costa Rica, no sé si en otros lugares también, por el uso, han sufrido un cierto desgaste las malas palabras en general, no que se usen menos, solo están, digamos, naturalizadas. A veces el uso correcto de la palabra, por oposición o contraste, es más fuerte. Digamos jode más decir care'pene que care'picha. Coño, que no se estila mucho en San Pedro (como si fuera un caserío cosmopolita)y ya lo tengo dicho, me gusta porque (creo) no es ningún eufemismo o metáfora, Coño es coño, ¡El coño de tu tía! Panocha, que sinceramente no me gusta, refiere a mazorca, me parece o algo así. Vulva, que es una palabra correcta, y tiene unas sonoridades que a mí realmente me transportan, puede ser también, al igual que pene, una palabra francamente ofensiva, más que panocha o bicho o chunce.
Tal vez lo que suceda con estas correctísimas palabras (pene y vulva) es que uno no piensa en urólogos o ginecólogos cuando las usa, sino justamente en picha y panocha, pasa como una especie de reversión de los valores diría Federico. Entonces llegamos a un círculo vicioso. Por otro lado, en poesía me gusta vulva (las sonoridades de las que hablaba), en cambio pene no; me resulta realmente deficitaria, puestos a escoger, me quedo con la ascéptica y funcionalmente comprobada "miembro"

raaul dijo...

Claro, entiendo lo que decís.
Me parece que como hay algunas "malas palabras" que se sobreutilizan, sucede algo como una desensibilización social al drama y el sentido figurado del fonema como insulto u ofensa.
Son malas pero comunes y se pierden en la pronunciación, pierden su fuerza. Las variaciones de tono las deforman y entonces se devuelven a su estado primogenio, palabras, fonemas con significados determinados que se leen y aprecian partiendo del interlocutor (cómo, cuándo las dijo, dónde, refiriéndose a...).
Por eso luego, diría yo, parece más ofensivo pronunciar la forma correcta del insulto. Lo que pasa entre "hijueputa" e "hijo de puta".
Pero... quedan realmente como en un limbo me parece, porque son malas de categoría, comunes de uso y buenas para la calificación.
Hijueputa, siguiendo el ejemplo, es mala de etiqueta, se usa para todo y no hay superlativo de belleza tan dramático como: "Qué hijueputa más lindo!!!!!!!"

Pelele dijo...

that's it my coliflower.
¡Qué hijueputa más linda!
Ahora, como termina Fontanarrosa, hay que cuidarlas... porque las vamos a necesitar.

Jenaro dijo...

Es muy pero muy bueno! Yo lo vi hace un tiempo porque estaba publicado en saladeprensa.org (un buen site, por cierto). Me encanta la vara esa de imaginarse las malas palabras como palabras en verdad malignas que les pegan a otras (jajaja). Buen post Lau!!!!!

raaul dijo...

Gracias Jenaro!!! Raaul me comentó que me habías mencionado jejeje
Te tengo presente como uno de los más fieles admiradores de mis posts, por aquel de mi abuelo también.
Un honor tenerte de fan de mis esporádicas y plagiadas publicaciones (nunca han sido puramente mías porque avosnotecreo. Con esto del TLC tendríamos que empezar a poner cuidado en eso).

Jenaro dijo...

Jajajaja!!! A la puta! Es cierto Lau! Será necesario entonces hacer un copyright o, en su defecto, un copyleft