martes, 17 de septiembre de 2013

Cuadernillo de Pasatiempos Costa Rica 2013




¡Compre ya su nuevo cuadernillo de pasatiempos “Costa Rica 2013” para lidiar con los ratos de ocio y de espera en el país más feliz del mundo! 

Disfrute de nuestra última versión actualizada y contextualizada para inagotables horas de diversión con:

Línea de huecos: siga la línea de huecos del país para crear la figura. Escoja entre diferentes zonas, provincias, barrios o autopistas  para formar imágenes temáticas como “Nos vieron la cara”, “¡Baileys para todos!”, “La Venecia centroamericana” y “Red-flu-vial”.

Encuentre las Diferencias: encuentre las diferencias entre las imágenes de Marca País y la realidad costarricense. No se pierda de retar a sus amigos y familiares y ayúdenos a descifrar el misterio de la cantidad de diferencias que debemos encontrar. Hasta el momento contamos 5.497… ¡y sabemos que no hemos terminado de jugar!

Laberinto: ayude a Tiquito a transitar del punto de entrada al punto de salida por la ruta más adecuada para su salud mental  y con menos obstáculos. Diviértase llevando a Tiquito de Tejar del Guarco a Los Yoses, de Barrio Amón a Lagunilla, de Piedades de Santa Ana a Avenida 10, de Jacó a Hatillo 6 y muchos otros retos… ¡recuerde que el camino acertado, nunca será el más rápido!    

Sopa de letras: entre más de 176.596 letras encuentre las iniciales de todas las instituciones que tienen hundido al país. Lo invitamos a buscar partidos políticos, instituciones del estado, organismos internacionales, empresas privadas e iniciales de los nombres completos de nuestros más deplorables representas de gobierno… y solo para el año 2013. No espere más e inicie con sus amigos una aventura de nunca acabar.

Encuentre a JhonnyA: únase a la diversión infinita de buscar y encontrar a JhonnyA en las escenas y episodios históricos más inusitados e incomprensibles. Sea parte del juego que se ha apoderado de la red con nuestras láminas ilustrativas para encontrar a JhonnyA en “La resurrección de Cristo”, “El Big Bang”, “El nacimiento de Justin Bieber” y “Casa Presidencial 2014-2018”.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El que quiera divertirse: MORITURI de Klaus Steinmetz



Después del agobio del final de los cursos del semestre se me ha vuelto a ensanchar el tiempo y he regresado a las buenas costumbres. Dormir a patas sueltas, anclado al sueño de mi esposa, volver a los sillones en penumbra de las salas de los amigos (despacito, porque del aislamiento siempre me cuesta salir) pensar en la escritura y para eso: leer. Entre los libros que tenía en espera, aunque el impaciente más bien era yo, estaba Morituri de Klaus Steinmetz.

Dice G.A. Chaves en la contratapa del libro: “Morituri revela una inteligencia que sabe hacer arte con la emoción sin caer en manierismos ni poses. Condenada a la imaginación y a la violencia, la América que retrata Morituri es un mundo dantesco, tan lleno de color como de dolor.

Pues eso. Este es un libro que en sus poemas nos describe un mundo actual pero no separado del pasado, de lo que la historia pesa, de la densidad humana que a veces se anula tras la palabra multitud. Por eso en Morituri la relación más básica; la que existe entre dos personas o entre una persona y el escenario físico y psicológico que la contiene, sirve como vehículo para que la innumerable y compleja gama de relaciones humanas posibles, transiten del poema al lector y viceversa. Mediante el lenguaje poético, Klaus Steinmetz vuelve personas –que no mártires- a los personajes vaciados por la iteración en las notas de sucesos nacionales e internacionales de los periódicos. La imaginación, el sueño, la levedad, siguen siendo una vía, no de escape, sino de reconstitución.

Mitú, Colombia
(Él)

Que hubiese un hombre
engullido por la selva.

Que la verde catedral que es la selva
fuese una catedral
en la que tropiezan los ciegos
sin herirse.

Con una sola puerta de entrada
que se cerrase
tras la víctima.

Que las hostias fuesen esmeraldas.

Que ese hombre fuese una hostia
en la misa de los herejes,
de forajidos
que se hincan al fin.

Que la selva fuese un laberinto
sin salida
y los átomos dispersos en el aire
fuesen átomos alados
con pico
y malaria
en el pico
los átomos del aire.

Que ese hombre fuese
el alimento de la selva.

Y que esa vejación
fuese la única.

Que creyendo que escapa
se deslizase
a lo largo de la hipotenusa gástrica
de la selva.

Corriendo
como uno que escapa
o cree escapar.

Que ese hombre hubiese roto el candado
que lo aferraba al árbol
mientras sus captores
soñaban con mujeres.

Que en la noche adecuada
tibia y favorable
los secuestradores
soñasen con mulatas desnudas.

Que hubiese piedras cercanas
suaves a la mano herida
pero aptas para romper
viejos candados
devorados casi
por la selva.

Candados como viejos escorpiones.

Piedras como esmeraldas.

La gran catedral vegetal.

Que hubiese noches
en que ciertos hombres
inquebrantables
se fugasen
para fenecer libres
en el intestino de la Amazonia.

Que ese hombre corriese
y luchase
y trepase por el tronco de un gigante
y comiese de su corteza
y bebiese el caldo
en la axila de las ramas,
y devorase hormigas
y larvas de hormigas
y ranas
y ancas de rana
y gusanos
y no fuese atacado
ni mordido
por aquello que se mueve
en la eterna
y húmeda
penumbra.

Que ese hombre corriese
y una media docena
de indios mercenarios
apenas superando
sus oníricas erecciones
aceptasen lo que ya saben:
que en ese laberinto
todo se extravía
todo lo ajeno se muere
o se transforma
en musgo
en sedimento
en comida
en mierda.

Que el hombre fuese musgo.

Que se transformase en sedimento.

Que fuese comida.

Mierda.

Que ese hombre saltase sobre las raíces
esquivase los grandes pilares
de madera,
las ciudades de tarántulas,
la guarida
de algún depredador
aún no descubierto por la ciencia.

Que corriese
como si volase
como si tuviese alas en los talones
como si un magneto único
lo atrajese solo a él:
la gravedad íntima
de un planeta
que es su casa.

Como si aún tuviese fuerza
para mover
las atrofiadas
articulaciones.

Como si volase.

Y sus pies ampollados
no requiriesen
apoyar la torturada planta
en el suelo escamado.

Que los hombres volasen
y por ende
ese hombre volase.

Que volase y construyese
un hogar en el dosel
de la jungla
y se sentase junto a la hembra
y le diese lombrices
que se revuelven
ante la proximidad
de su sacrificio.

Y que esa hembra estuviese
sentada sobre sendos huevos
de colores.

Que nada lo alejase de ese nido suyo
tan alto
tan oculto
tan secreto.

Que nunca callase.

Ni fuese nunca obligado
a callar.

Que llegase esa noche.

Que pudiese librarse.

Que si no pudiese
ponerse en pie,
(quebrado
retorcido
asmático
patético
sifilítico)
se dejase resbalar
por la garganta
esmeralda.

Que un hombre fuese
una serpiente
lúbrica
inasible.

Un bicho que se desplazase
reptando
entre hongos venenosos
y pequeños mamíferos
aterrados.

Que un hombre
engullese la selva.

Que fuese su dios,
su goloso dios.

O que al menos fuese
su pene desprendido
que repta.

Que el pene desprendido de dios
penetrase
la vagina de la selva
y nunca más
hallase
la salida.

Klaus Steinmetz, Morituri, Editorial Germinal, San José, Costa Rica, 2011 (pp 61-66)

domingo, 6 de noviembre de 2011

Costa Risa es mi país



Concédaseme un segundo para el berreo, que no por prosopopéyico convoca ineluctablemente la estulticia.
Con respecto a Costa Risa y a las respuestas algo irritadas, siempre demasiado refritas, que consideran que la publicidad del grupo ANFE se mofa de la 'institucionalidad', se me ha hecho necesario decir algunas cosas.
Me parece, ante todo, que el lugar de lo 'institucional' en el reclamo se hace de forma un tanto espontánea, por decirlo de algún modo. Realmente, el problema no es el atentado contra la "institucionalidad", que estructuras como las fuerzas del orden, el aparato judicial y el simple techo municipal no entrarían en juego ni siquiera en el más Freedmaniano de los escenarios. El problema es más bien el concepto de lo público como corazón de lo institucional. El problema, para decirlo en los términos más simples -ojalá sin llegar al cliché- es el asunto de enmarcar y administrar lo compartido.
La risa, que ha sido aplicada esencialmente en nuestra tierra como recurso para sublimar la corrupción, viene aquí a constituir una burla de los agentes de la desmantelación del Estado con respecto al ciudadano de a pie. Vamos, que la burla no es contra el Estado, ni contra la institucionalidad que al mismo arrógase por el simple hecho de evitar el caos absoluto (que no conviene a los que son menos numerosos). La burla es contra el que solía beneficiarse de las bolsas comunes, de las 'cajas mutuales', de las políticas de solidaridad. En este caso reírse, desde el fondo más sórdidamente circense, es reírse del que necesita de un Estado benefactor. Claro está, la campaña Costa Risa invita a ridiculizar, como versan las respuestas geriátricas, la institucionalidad. (Por lo demás peligroso, pues bajo el velo de una mofa a la autoridad -liberadora de alguna forma- se ensarta en realidad una mofa contra el que se ríe, el endeudado, el miembro de la fila en la clínica pública, el que no puede pagar la superbanda ancha ni el cuarto en la clínica católica). No obstante, de poco sirve atacar la campaña blandiendo el estandarte de una 'pro-institucionalidad' a priori. Más intersante sería ver que bajo esa veleidosa imagen del Estado de derecho donde cada uno hace lo que da la gana, lo que hay es más bien una gran celebración. Las risas bajan desde la más alta torre de marfil y pregonan la anarquía del más pudiente. Así, chotean, haciendo uso de la pequeñez, a lo que presentan como un esfuerzo ridículo, una empresa inútil y risible por refinanciar "lo compartido" en medio de una corriente que corroe las bases de todo el edificio público. Valga el último berrido para afirmar que Costa Risa no critica nada; lo que hace es más bien celebrar un orden nuevo que comenzamos ya a sentir como cosa acabada.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Publicidad 101

Para los aprendices que sufren de la memoria, una muestra de lo que ningún publicista que se respete presentaría como una campaña publicitaria para cualquier diario de la República de Costa Rica.


Yo Mentí


Yo La Cagué


Yo Lo Apoyé


Yo Perdí


¿Yo sobreviviré?




jueves, 4 de agosto de 2011

Sucesos de los últimos días



Cartago (WTF)- Nada sorprendentes declaraciones de un representante del órgano retrógrado por excelencia hacen estallar las redes sociales. Con frases que parecen sacadas de las publicidades utilizadas en periódicos de la década de los 50, un representante de la iglesia católica ha logrado ofender y revivir traumas de tiempos ancestrales en mujeres a lo largo y ancho de Costa Rica.
Las redes sociales y los medios digitales parecen ser los que mejor han aprovechado la polémica sosteniendo el recurso de la pelea de bandos, donde mujeres y hombres se devuelven una y otra vez insultos, estereotipos, equidades, igualdades, responsabilidades y complejos.
El discurso de este miembro al parecer originario de la magna entidad que representa la “fe” con más peso en el país, fue pronunciado en una celebración de esta secta y luego filtrado a la población en general por medio de las noticias. Según se dio a conocer por toda la red, los que no pudieron presenciar este momento atroz, pueden encontrarlo repetidas ocasiones en diversos informativos impresos y en otros medios digitales que se comparten en redes y correos.
Luego del polvorín desatado por estas declaraciones cargadas de polémica, se espera que el país retorne a su normalidad, las mujeres vuelvan a sus casas con sus enaguas ¾, los hombres al trabajo y los medios pueden continuar reportando femicidios y sucesos en carretera.

Universo paralelo (WTF)- Presidenta Chinchilla es inmune a fuertes críticas. A pesar de la lluvia de críticas que han llegado a oídos de todos por las recientes renuncias y nuevos elegidos para puestos de interés en los grupos que controlan el poder, entre otras muchísimas cosas, la presidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, parece tranquila al afirmar que “el pueblo costarricense es muy ambivalente y mientras muchos me critican, cualquiera puede ver las muestras de cariño y atención que recibí durante la pasada Romería”.
Visiblemente calmada, la mandataria reiteró que si el pueblo no estuviera agradecido con su labor, ella misma sería la primera en realizar cambios y que frente a lo que algunos insisten en llamar faltas o errores de la presente administración, ella se siente segura y respaldada por el gran segmento de la población que sigue ofreciéndole ciegamente su apoyo.
“No tengo dudas… no tengo dudas porque veo que si la mayoría aún apoya a don Oscar, que nos dejó quebrado el país; si la mayoría sigue pensando en votar por don Rodrigo para presidente y si toda esa misma mayoría sabe que yo soy su elegida, no hay porque dudar. La gente me quiere y confía en mi trabajo”.
Al cierre de esta edición y a pesar de las críticas en la misma sala donde se desarrollaba la conferencia, la presidenta parecía seguir habitando un mundo paralelo pero mucho más realista.


Costa Rica (WTF)- Periodistas deportivos desarrollan nuevo par de huevos. Como si se tratase de algún tipo de “segunda adolescencia”, los periodistas del país encargados de las secciones deportivas parecen haber desarrollado un nuevo par de testículos. Desde meses atrás, se muestran más que delicados en el manejo de las faltas que cometen sus nuevos miembros y extasiados al hablar de sus logros. Estas nuevas gónadas parecen responder al nombre de Joel (por el lado izquierdo) y al apellido Campbel (en el derecho).
Desde su en extremo publicitado plantón al equipo de revisión del Arsenal, claramente inflado por el estatus de estrella que le concedió la prensa nacional de la noche a la mañana, las especulaciones sobre su “extraordinario” futuro no han hecho más que crecer y crecer desproporcionadamente y junto a estas, parecen haberse abierto las puertas a la nueva pubertad de nuestros encargados de la televisión deportiva, que desde días anteriores no hacen más que llorar y protestar cuando otros jugadores les tocan “a los susodichos” y desbordarse en elogios cuando “el par” no se la pela.
Así las cosas, parece ser que iniciamos el precipitado ascenso al estrellato del que se vislumbra como único protagonista de los reportes ticos del deporte, mejor conocidos como secciones de fútbol.

martes, 12 de julio de 2011

Receta de Dos tazas

Ingredientes
1 cancillería
1 ministerio de su preferencia
1 René Castro
1 partido de la “sele”
1 tonel de chorizo
Sal y pimienta al gusto

Preparación

Déjese colocar un mequetrefe como René Castro como su jefe de campaña. Páselo en su gobierno a cabeza de la cancillería. Permítale cargarse de sabores en su propio caldo, mientras agrega sal al gusto.

Durante la primera etapa de cocción, traiga a colación su gran papel como canciller y rocíelo con pimienta, suficiente como para que pique. Déjelo reposar unas semanas.

Finalmente, mezcle al mequetrefe con un partido de la “sele” y recuerde sus hazañas como ministro de ambiente. Le recomendamos usar este ministerio porque es el que mejor se presta para acompañar el chorizo.

Coloque todo en una olla y déjelo alcanzar su punto de ebullición. Sirva el caldo bien caliente y acompañado de rodajas de chorizo. Publique todo en prensa como una gran novedad y ponga atención a que se vende mejor, la sele o el chorizo.

Alcanza hasta para la gran porción de la población que no quiere caldo…

viernes, 17 de junio de 2011

Vietato fumare/no smoking/pas de fumer/rauchen verboten/prohibido fumar


Hace rato vengo con ganas de escribir un textito en respuesta a los picheles, tarros, jachas, banderines y dedos en alto que se producen -cada vez con más frecuencia y confianza- que cometo la imprudencia de llevarme un cilindrito de esos fumables a la boca. Pero qué va, me salían puros panfletillos afectados infumables.

La noche del viernes pasado, en el "Micrófono abierto" de Afinidades Electivas en la cantinita Buenos Aires, G.A. Cháves -uno de los auspiciantes de dicha actividad- leyó este poema (una traducción de un texto de un amigo suyo) con el cual declaro la deuda saldada con la modorra y pereza que me producen los antitabaquistas de derechas, de izquierdas y de centro, morados y manudos, ateos y creyentes, vegetarianos y carnívoros, hetero y homosexuales, padres e hijos de familia, del Barca o madrilistas, de minorías o de mayorías.

SIN TÍTULO- Malcom Harris

Mi pregunta favorita es
"¿Por qué fumás?"
No es tanto una pregunta
sino una afirmación
y la afirmación es
"Sos una mala persona"
y
"Te odio"

Pero aún así yo les respondo

Fumo porque
eso mantiene a la gente
a un mínimo de tres pulgadas de distancia

Fumo porque
la cocaína es muy cara
y la mota me da sueño

Fumo poque eso me permite
observarme a mí mismo exhalando
y recordar que aún puedo respirar
por ahora

Fumo porque eso me hace
parar de hablar
y escuchar un poco

Fumo porque
me gustan los fumadores
porque vos no me gustás
porque qué putas dejame en paz

Fumo porque me gusta
tener pequeños objetos que compartir
porque creo que se ve tuanis
porque de hecho se ve pichudo

Fumo porque
no me gusta caminar solo
ni con gente

Fumo porque me gusta
que la gente me vea con cara de miedo
porque lo que no me mata
me deja listo para que algo más lo haga

Fumo porque eso
me da una excusa para irme
o para quedarme
porque a veces es lo único que me hace
ir afuera

fumo porque así
todo lo que necesito
está a sólo una chispa de distancia
porque no me gustan las armas
ni las cuchillas de afeitar

Fumo porque
me gusta ser juzgado
por las cosas que yo elijo
y no por las que no puedo evitar

Fumo porque algún dia
podré mostrarle a ella
cuánto significa para mí -dejando de fumar.

Fumo porque
una cajetilla medio vacía
equilibra mis bolsillos
porque me parece un mejor uso de capacidad pulmonar
que hablarle a la gente que de por sí nunca escucha

Fumo porque algunos días
los cancerígenos son lo menos áspero
que sale de mi boca

Pero ante todo
yo fumo
porque me gusta responder preguntas.

martes, 31 de mayo de 2011

El que quiera divertirse (Ciudad de Alado / Mauricio Orellana



Ubicada en San Salvador; es decir, en una ciudad; en una capital de país; en una capital de país pobre a fines del siglo XX –o principios del XXI, si se quiere- la ciudad física de “Ciudad de Alado” es mera contingencia dentro de la narración. A sabiendas de que los espacios urbanos son los espacios “naturales” en los que habitamos y que los datos “duros” sobre cualquier ciudad con esas características están en los noticieros y en los discursos de los políticos o de los intelectuales, las ciudades que le interesan a Mauricio Orellana son las internas, las irrevocablemente subjetivas, las que se inventan, las ciudades ficticias –y no por eso menos reales- que crean sus personajes. Más específicamente Alado, quien funge como una especie de Virgilio que lleva a Manuel a experimentar las posibilidades liberadoras del infierno.

Manuel sigue a su amigo Alado en lo que parece ser una empresa urgente: “Ha llegado la hora de tomarnos el centro”. Sin entender muy bien de qué se trata pero dejándose llevar por las enigmáticas convicciones de Alado; Manuel se descubre llegando al “centro” a través de las márgenes, de los lugares y seres ex céntricos de la ciudad y sus submundos. Poetas patrocinados por prostitutas-madres, santuarios modernos donde se recrea la creación del mundo, eucaristías sin consensos y con música estridente, niños impúdicos, la repetición del sin sentido como un acto purificador, prostitutos y travestidos pobres y delirantes, niñatos envilecidos y un crisol de alteradores químicos de la conciencia son los que le sirven a Orellana para mostrarnos este universo saturado, que no es otra cosa que las formas cambiantes en las que Manuel percibe a Alado a lo largo de la novela. A sus ojos –los de Manuel- Alado nunca dejó de ser un animal extraordinario: un ángel-murciélago o un demonio destructor que creaba o un muchacho enloquecido. De estos cambios en la percepción que tiene de su amigo resulta, sin darse mucho cuenta, él mismo: Un Manuel desdoblado que vive y se mira vivir.

Esta novela tiene ya poco más de diez años de haberse escrito. En el 2000 ganó el premio de los Juegos Florales de El Salvador y recientemente, en el 2009, fue publicada en nuestro país por Uruk Editores.

martes, 3 de mayo de 2011

La vuelta al mundo en 90 medios


*La corona británica escoge a una nueva “plebeya” para una transfusión directa y televisada de sangre azul por medio del contrato del matrimonio. El mundo entero se suma a la nueva versión de la trama de éxito garantizado de las telenovelas: la chica de al lado se casa con el príncipe de los sueños de todas. La escogida, una reproducción a escala de las clásicas protagonistas de estas historias épicas de “amor”: joven psicológicamente vulnerable y físicamente siglo XXI-perfecta. Los medios repiten hasta el cansancio la fórmula: “uno de nosotros”, los ordinarios, se une a la realeza. La chica es rica y famélica, ¡como todo el mundo!

*Se celebra la declaración de beato de Juan Pablo II. La iglesia reúne a miles alrededor del mundo para hacer del acontecimiento una gala mundial de espiritualidad. Los ticos se aglutinan en el nuevo estadio nacional chino para hacer alarde de sus aptitudes “bombeta” y sacar pecho ante la convocatoria “concierto” de la iglesia. El promedio de edad entre los asistentes se calcula entre los 17 y los 25 años, porque llegan niños de 0 a 5 años y adultos de entre 45 y 70.

*Los yanquis, sus aliados y todos sus admiradores, salen a las calles a cantar y bailar la muerte del chivo expiatorio del imperio del miedo. Acto seguido, el líder del terrorismo legalizado advierte sobre ataques respuesta en todos los rincones del planeta. La campaña de inoculación inicia: se inyecta más miedo recién “probada” la “cura” de la enfermedad. En su celebración vacía, los dueños de la democracia y la buena vida, festejan venganza, muerte y destrucción. La caída del enemigo número uno da fe del que persevera alcanza. ¡Los valores han triunfado!

*Los diputados del partido Liberación Nacional de Costa Rica deciden tomar el congreso y auto elegirse representantes del máximo poder de la República. En la carrera de obstáculos contra representantes de su mismo partido esta vez se saltan el "quórum", a la "mayoría", su "voluntad" y la legalidad para defender el "voto secreto". ¡Vivan los padres de la patria! La oposición pega el grito y como en un cuento de hadas termina todo en confesiones, absoluciones, directorio opositor y fuertes abrazos.

Nada nuevo: la repetición y la capacidad infinita del ser humano para creer seguirán propulsando el éxito de las telenovelas y la religión, escríbanse donde se escriban, proyéctense donde se proyecten y récesele a quién se le rece. Los ideales de belleza, intelectualidad y educación evolucionan con el tiempo, los finales felices no. En la lucha diaria de “enemigo externo” contra “ideal interno”, el primero siempre será derrotado. El bien y el mal no existen y a pesar de lo que decía el chavo, la venganza es buena: llena el alma y la amena.

miércoles, 6 de abril de 2011

Los utopistas venidos a menos: un testimonio pequeño burgués a propósito de la lectura de una noticia


Hemos tenido suficiente de discusiones que parten de una única solución de los problemas políticos en la antinomia Estado-Mercado. Debiéramos estar cansados. Si Chernobyl demostró que un Estado gigantesco y torpe es incapaz de gestionar adecuadamente el riesgo, el desastre en Fukushima está desmotrando que un Estado corporativo en el que se privatiza la gestión del riesgo (en el que se privatiza todo), tampoco es capaz de enfrentar una catástrofe como esa. Naturalmente los móviles que subyacen en estos eventos son diversos. No hay duda de ello. Sin embargo (muy a pesar de quienes habitan esta finquita) las implicaciones convergen en un punto que tiene un rótulo que dice: semejanza. Quizás por eso es que a uno a veces le dan ganas de pensar en un mundo en el que las cosas sean distintas. Aún a pesar de que éstos sean ejercicios que solo le ciñen bien a los hippies remanentes, los espantajos burócratas del sindicalismo y a los revanchistas con postalitas de Marx en la habitación. Aún a pesar de los GATTS, el consenso de Washington, el Foro de Davos y los mercados de carbono, a uno a veces le dan ganas de imaginar un mundo menos hostil. Por supuesto que ya no somos tan ambiciosos como Lennon, que imaginó un mundo aburridísimo donde nadie tendría de qué hablar. Tampoco somos utopistas de la tecnocracia a lo A.C. Clarke ni nos sentimos cómodos con esa idea de un mundo gobernado por robots, pues, pese a las leyes de Asimov, los androides siempre se nos antojan propensos a las felonías. Ya no nos interesa urdir fabulaciones piscodélicas ni imaginar un mundo sin clases sociales, lleno de gorriones de neón y muchachas drogadas y desnudas. Claro, hay que recordar que los holandeses ya se encargaron de monopolizar el libertinaje, de modo que tales consideraciones ya no nos resultan tan estimulantes, pues sabemos que en Amsterdam los guarros pagan impuestos. Por otro lado, los maricones ya se ocuparon de convertir el underground en su modesta arcadia pop y ya no nos setimos tan sexys cuando nos toman una foto mientras tenemos una erección en público. Nosotros somos, en rigor, mucho más austeros que los utopistas del LSD. No nos importa mucho que en el mundo existan sectas y religiones y fundamentalistas imbéciles. Somos perfectamente capaces de tolerar que se venere la propiedad privada (digamos, una propiedad privada chiquita, modesta, una propiedad privada que se pueda compartir en una mesa de tragos o en una cena). Y por si fuera poco, somos, en cierta medida, indulgentes con las chanchadas en las que incurren los políticos. Muy en el fondo, en la intimidad de nuestro corazón, nos duele que a Junior y a Miguel Ángel los hayan metido en el bote. No nos regocija del todo que a Berlusconi le zamparan un souvenir de la catedral de Milán en el hocico. Y sentimos pena de Rodríguez Zapatero cada vez que el facho de Rajoy lo emplaza en el Congreso. En definitiva, nuestras aspiraciones carecen de florituras. No pretendemos que en cada esquina del planeta se erija un monumento a Los Comuneros de París. En el mundo de "después del ipod y las lap tops" ya no queremos que todos los muchachos dejen su cabello largo y su barba como Camilo Cienfuegos (no digamos como el Che, porque es muy mainstream). Ya no deseamos que nuestros niños reciten poemas de Martí ni que nuestros jóvenes susurren poemas de Roque Dalton a sus novias. No aspiramos a que las farmacéuticas indemnicen a los indígenas guatemaltecos ni estamos preocupados de que los yanquis insistan en mantener un bloqueo absurdo en Cuba. Es cierto, nos tragamos el cuento de la tolerancia con todo y tamal. Pero por lo pronto, nos interesa vivir en un mundo lleno de lugares comunes, mucho más hospitalario, un mundo en el que no haya empresas que envenenan los océanos y que hipotecan la salud de nuestros hijos. ¿Acaso es mucho pedir?

Imagen tomada de: conspiracionesilluminatis.blogspot

lunes, 14 de marzo de 2011

América Latina está muerta: circule, no hay nada que ver!

El insomnio de Bolívar, cuatro consideraciones intempestivas sobre América Latina.
De Jorge Volpi

“¿Y si América Latina ya no existe? ¿Y si de pronto descubriéramos que, en vez de un rutinario examen de salud, América Latina requeriría de una autopsia? ¿Y si América Latina sólo fuese un cadáver insepulto?”

Estas preguntas, provocadoras y sugerentes, son más bien afirmaciones en este libro de Jorge Volpi que pretende ser una especie de revisión salteada y anecdótica de los doscientos –sobre todo los últimos cien- años de los territorios y las poblaciones americanas que se encuentran, grosso modo, al sur del río Bravo.

“Los signos de descomposición –dice Volpi- se acumulan, alarmantes: todo aquello que alguna vez caracterizó a la región, que la hizo homogénea y reconocible, se esfuma de forma irreparable.”

En primera instancia y sin dramatismos, uno puede estar de acuerdo con estas afirmaciones; aún más, uno puede celebrar modestamente –como lo hace él al referirse a las nuevas condiciones de la literatura en la región- dicha situación.

El problema es que Volpi nos da diez con hueco, porque dentro de sus reflexiones, “todo aquello que alguna vez caracterizó a la región” se reduce y se corresponde directa y UNICAMENTE con la o las imágenes caricaturescas y estereotipadas que se construyeron, con mayor o menor rédito, de la región; tanto desde fuera como desde dentro de esta.

“Antes –escribe Volpi- decías América Latina y tu interlocutor se imaginaba una escena como esta…” A continuación, Volpi se deleita en la descripción de humanoides zoomorfos que representan tanto, a militares todos poderosos, cargados de medallas y magnánimos retratos, como a sus séquitos alcohólicos y gorilizados, desmembrando a los opositores en algún reducto oscuro. Lo interesante es que ese “interlocutor” imaginario al que alude Volpi no es –se infiere- un latinoamericano, o ya, sin ser grandilocuente, un peruano o un costarricense o un mexicano. El “interlocutor” de Volpi es –seguramente- un europeo; digamos un español; o bien, un gringuito; o por qué no, un chino. En todo caso, algún ciudadano de esa gran nación que es los inversionistas extranjeros que, bien que mal, sí saben, para efectos prácticos –que en el fondo parecen ser los que le acomodan a Volpi- lo que es América latina. Si el interlocutor de Volpi fuese un vecino de estos pagos el asunto tal vez –sólo tal vez- se complejizaría demasiado y Volpi no quiere correr ese riesgo.

Los signos claves que evidencian la proclamada caducidad de América Latina son: el fin de las dictaduras y sus tránsitos –al menos formales- hacia la democracia; paralelo a esto: la obsolescencia de las guerrillas y los movimientos revolucionarios que, o se pasaron radicalmente de acera, o se institucionalizaron, o desaparecieron dentro de una nube de desencanto. La esterilidad al fin del fatum trágico de la endogamia y sus niños con colita de cerdo, es decir, el desgaste del realismo mágico. La ausencia, casi total, de intercambios culturales entre los distintos países. El creciente desinterés del resto del mundo; en especial de Estados Unidos, hacia la región.

Decía más arriba que uno puede estar francamente de acuerdo con Volpi, e incluso hacerle coro cuando dice que América Latina ya no existe, ya pasó. El inventario de, digamos, realidades objetivas del párrafo anterior, da cuenta de que esa caricatura estereotipada de América Latina es insostenible. Es decir, no podemos seguir pensando América Latina desde ese espacio imaginario que efectivamente se agotó. Sin embargo Volpi no intenta –y sin duda no por ingenuidad- en ningún momento aclarar que América Latina, ciertamente nunca fue tampoco esa caricatura discursiva, sino unos territorios y unas poblaciones infinitamente más complejos y llenos de contradicciones a la fecha irresueltas; cuando mucho, le dedica algunos párrafos a la situación de los indígenas. En vez de eso, da por cierta la caricatura al redactar su acta de defunción, sin hacer una mínima nota al pie de que ese muerto, más bien era una sombra.

“Preguntémonos entonces, otra vez, ¿qué compartimos, en exclusiva, los latinoamericanos? ¿Lo mismo de siempre: la lengua, las tradiciones católicas, el derecho romano, unas cuantas costumbres de incierto origen indígena o africano y el recelo, ahora transformado en chistes y gracejadas, hacia España y Estados Unidos? ¿Es todo? ¿Después de dos siglos de vida independiente eso es todo? ¿De verdad?”

A la no-América Latina del siglo XXI, “cada vez más difusa, más aburrida, más normal”, la caracterizan ahora, dice Volpi, los caudillos democráticos de izquierda o derecha –los Ortega, los Uribe, los Arias, los Chávez, los Correa, etc- con sus neo discursos populistas y mesiánicos. El poderío empresarial de los narcotraficantes, poblaciones indolentes que ejercen su civismo en los reality shows, y una producción literaria sin un “deber ser” en el mercado editorial para que sea valorada o bien, ignorada; y unos índices crecientes de desigualdad económica, como trapito de domingo. Parece entonces que en vez de ese aburrimiento y normalidad desafortunados que en una línea declara Volpi, tres líneas después los desdice con la fragua de un nuevo “exotiquismo”, está bien, está bien, no latinoamericano, sino mexicano, o colombiano o brasileño… latinoamericano.

Con lo descreída y pesimista que es una, tampoco es que vamos a colgar de ahora en más una pintura bajada de internet de Bolívar en el baño de la casa. Pero lo cierto es que este librito no deja de venir trucado. Los países de América Latina, se encuentran en un momento de su historia en el que, como nunca antes, tienen la posibilidad de revisar, unos más que otros, su pasado y rescribirlo si es del caso. Sin querer queriendo, Volpi parece conjurar de nuevo ese huracán apocalíptico que convirtió a Macondo en un pavoroso remolino de polvo y escombros y que borró de la faz de la tierra esa estirpe condenada a cien años de soledad, sólo que en lo que García Márquez puso, si se quiere, una moraleja esquiva; Volpi pone un llamado solapado al olvido: circule, circule, aquí no hay nada que ver. ¿El futuro? Una mierda ¿qué le vamos a hacer?

Eduardo V.