Un textito viejo, dedicado a Billy y Lau en aquel momento (no llores por mi Argentina) y que ahora extiendo al resto de hijueputas, ellos saben quienes son. Sí, vos también marito.
Está cursi, como eramos hace 9 u 8 años
“y ¿cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?”
Joaquín Sabina
A nosotros nos gustan los bares con la luz baja y la música a temperatura ambiente, la cerveza fría, el vino tibio. En las mesas y de noche recibimos los días, las semanas y los meses, así el tiempo pasa cacheteándonos a ratos, sobándonos las cabezas la mayoría y no somos felices, pero casi.
Nos reunimos porque reunidos estamos más a gusto, la soledad se posterga, se cuelga como un abrigo en el respaldo de la silla, la compañía emula y supera el milagro de los panes y los peces, las actas y la comunión se escriben en servilletas de papel asegurando la fácil destrucción del documento y nada nunca es oficial.
Exhumamos recuerdos y los exponemos en la mesa para el regocijo y tragicomedia de los demás, nos enviamos cartas y tratados de una silla a otra, las novias quieren a sus novios y a los que se les parecen y los novios hacen lo propio, todo es tan sensual y cierto porque claro, procuramos creernos todo lo que decimos (al fin y al cabo sabemos que en los principios de siglo todo es mentira).
El porvenir es un puerto perdido, un mapa falso, un horizonte en el horizonte, época que no le compete a los mortales ni a sus descendientes. Por eso nosotros invertimos en minutos sin futuro que duran tan poco y saben tan rico, por eso preguntamos preguntas sin respuesta, le pedimos peras al olmo y fuego a la madrugada, por eso los lacrimales son un lujo y el tabaco nos alcanza para reafirmarnos, con un pie en el suelo y el otro en distintas comarcas, en la burbuja de ozono y sus caravanas de luto por un muerto que insisten en resucitar.
A los veintitantos (sin un pelo de tonto y un par de canas) cuando morirse es un decir, el tiempo tiene tiempo para dar y San Pedro a cambio de unos billetes nos alquila las llaves de un paraíso lisiado y artificial, al que los dioses bajan anónimos y discretos a beber de las manos de las meseras y donde los ídolos y las estatuas (pobrecitos), que no pueden espantarse las moscas ni las palomas, son los eternamente condenados.
Los amigos, entrañables hijos de puta (decía el último de los Buendía), herederos de todas las luciérnagas y algún que otro duelito. La neblina se posa en la cúpula de la iglesia. Las calles se alargan al infinito succionando las luces de los autos. Los taxis emigran hacia todos los puntos cardinales. Los semáforos con tres ojeras nos guiñan su terna de ojos. Las hospitalarias piernas de Pamela, piernas de mujer y, el ombligo de algún extraño mundo tatuándose, sin disimulo, en mi barriguita.
¿Fuego?
Está cursi, como eramos hace 9 u 8 años
“y ¿cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?”
Joaquín Sabina
A nosotros nos gustan los bares con la luz baja y la música a temperatura ambiente, la cerveza fría, el vino tibio. En las mesas y de noche recibimos los días, las semanas y los meses, así el tiempo pasa cacheteándonos a ratos, sobándonos las cabezas la mayoría y no somos felices, pero casi.
Nos reunimos porque reunidos estamos más a gusto, la soledad se posterga, se cuelga como un abrigo en el respaldo de la silla, la compañía emula y supera el milagro de los panes y los peces, las actas y la comunión se escriben en servilletas de papel asegurando la fácil destrucción del documento y nada nunca es oficial.
Exhumamos recuerdos y los exponemos en la mesa para el regocijo y tragicomedia de los demás, nos enviamos cartas y tratados de una silla a otra, las novias quieren a sus novios y a los que se les parecen y los novios hacen lo propio, todo es tan sensual y cierto porque claro, procuramos creernos todo lo que decimos (al fin y al cabo sabemos que en los principios de siglo todo es mentira).
El porvenir es un puerto perdido, un mapa falso, un horizonte en el horizonte, época que no le compete a los mortales ni a sus descendientes. Por eso nosotros invertimos en minutos sin futuro que duran tan poco y saben tan rico, por eso preguntamos preguntas sin respuesta, le pedimos peras al olmo y fuego a la madrugada, por eso los lacrimales son un lujo y el tabaco nos alcanza para reafirmarnos, con un pie en el suelo y el otro en distintas comarcas, en la burbuja de ozono y sus caravanas de luto por un muerto que insisten en resucitar.
A los veintitantos (sin un pelo de tonto y un par de canas) cuando morirse es un decir, el tiempo tiene tiempo para dar y San Pedro a cambio de unos billetes nos alquila las llaves de un paraíso lisiado y artificial, al que los dioses bajan anónimos y discretos a beber de las manos de las meseras y donde los ídolos y las estatuas (pobrecitos), que no pueden espantarse las moscas ni las palomas, son los eternamente condenados.
Los amigos, entrañables hijos de puta (decía el último de los Buendía), herederos de todas las luciérnagas y algún que otro duelito. La neblina se posa en la cúpula de la iglesia. Las calles se alargan al infinito succionando las luces de los autos. Los taxis emigran hacia todos los puntos cardinales. Los semáforos con tres ojeras nos guiñan su terna de ojos. Las hospitalarias piernas de Pamela, piernas de mujer y, el ombligo de algún extraño mundo tatuándose, sin disimulo, en mi barriguita.
¿Fuego?
14 comentarios:
Que lindo!!!
Tan viejos nos hicimos en esos momentos puro placer sin futuro, que ahora ni te gustan las estatuas. ¿Será por que algún cariño les tenías tratándolas de pobrecitas?
Pido ser la indiferente a la orilla de la mesa...
Ahhhhhh, hasta que me dan ganas de salir corriendo para el bar..... el de hace 9 años. Pido ser cualquiera, menos el pelón y el humo. Abrazo.
Baaaaa
Todos sabemos quién es el pelón y todos sabemos quién deja el humo...
Vos, te caíste al momento de la foto... jejejeje
¿Quién deja el humo??. Me gusta el del retrato de la pared con sombrero...
¿Quién más Lola?
Jejejejejeje
Me gusta más el cuadro de los tres compitas en la mesa detrás de la indiferente... pero esa soy yo...
Parece un presagio de las mesas de poker en casas de alquiler. Puta! Qué foto más completa!!
Seré yo maestro?. Que jeta esta foto al chile. Muy bueno ese detalle raaul querido.
Ahora bien, si eres la indiferente, la otra podría ser la compañera del Pelele, -y si el cuadro lo ubicamos hace alededor de 8-9 años-, en medio de uds podría existir un tarrito de helados?? o tal vez un cachito de soba`o colgando de un elástico!!
Buajajajajajaja
Buena esa, qué sabor Heladinos!!!
Ja, un recuerdo con sabor a espumosa en la comisura de la boca y olor a cigarrillo en los bigotes. El cuadro está de lujo. Yo sería el que anda en el baño. Lo de entrañables hijos de puta es tan cierto. Lo son, todos unos hijos de puta... aunque entrañables si. Será la edad que nos va empendejeciendo?
EStá bien... está bien... yo soy el calvo y el humo es todo mío.
empendejeciendo? sí.
ah, no, no, es cierto, el humo es de walter, que se fue al baño con Billy entre comentarios llenos de objetividad sobre el recién jugado clásico.
Buena esa seguidilla, por dicha te cayó el veinte...
Nada más queda agregar que Jime no está porque anda nadando y Fabi nos dejó plantados a todos... Andrea y Carlitos, todos sabemos donde andan...
Puta! Ahora, me sobra gente...
Yo nunca dejó plantado a nadie!!! Son ocupaciones de diversa índole!!
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