Las abejas se están muriendo. Dicen que por un virus. Bueno, al menos eso dice Nat Geo. Quizás se trata de otro subterfugio para justificar el ejercicio trasngénico. No lo sé. Sin embargo los productores de miel se han mostrado horrorizados. Sobre todo los asutralianos y los yanquis. Algunos científicos de esos que tienen nombres impronunciables sugieren que protejamos a las abejas africanizadas. Al parecer son las únicas que no se ven afectadas por el letal virus. Si supieran cuántas tribualaciones ha pasado el cuerpo de bomberos de Cartago a efecto de neutralizar las colmenas de abejas asesinas que tanto pululaban luego de la guerra fría. Los entendidos le llaman "the silence of the bees" o algo parecido. Pensar que hace 4 años y pico yo leía "La vida de las abejas" de Maurice Maeterlinck y me figuraba que algún día iba a tener una granja apícola. Leí ese texto mientras viejaba en bus a Ciudad Colón. A quién le importa ahora. Cerca de un 70% de nuestros alimentos dependen exclusivamente de la polinización que ejecutan las abejas. No obstante, eso me tiene sin cuidado. Podría vivir de pan y maíz, siempre y cuando los chilenos sigan produciendo vinos baratos. Lo que realmente me asusta es la posibilidacd de que con la muerte de las abejas, asistamos, sin más, a la muerte de los colores. Según las proyecciones de los mismos científicos con nombre raro, sí las abejas continúan muriendo al mismo ritmo actual, para el año 2035 en todo gringolandia no habrá una sóla abeja. Si bien es cierto, la laboriosidad de las abejas me resulta una moraleja de pésimo gusto, debo confesar que siempre he tenido gran simpatía por ellas. Sobre todo por su capacidad de fabricar colores. Nunca he sido beneficiario de una conciencia ecológica a lo san Francisco de Assis. La verdad me parece más grave la extinción de las monedas y los dialectos que la extinción de los pingüinos (debe ser porque nunca he visto uno). No obstante, el asunto de una posible desaparición de las abejas se las trae... Recuerdo que hace mucho tiempo Eduardo me sorprendió con una linda metáfora (confieso que desde ese momento no me ha vuelto a impresionar). Corría, o renqueaba, el año 2000 y el flaco hablaba de un "diente de abeja". Sencillamente me encantó. La imagen no dice nada. Lo sé bien y de cualquier modo es una imagen, no un tratado. Lo cierto es que me fascinó al punto de que aún la recuerdo. Vaya un lindo mundo el que nos tocó heredar. Ya no basta con tener (¡y todavíalos tenemos!!!!!!) gorilas en los gabinetes en vez de tenerlos en los zoológicos o en los bosques nubosos de África. Ya no basta con que el idioma se nos muera a cada tanto. Ya no basta con que nos incendien los países a fuerza de especulación. Ya no basta con que sea preciso masturbarse la duda antes de dormir. Por si fuera poco: ahora se nos mueren los colores de las flores.
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3 comentarios:
Yo también recuerdo, es un verso de una canción muy bonita que maldita sea ya olvidé y no encontré entre las toneladas (que las tengo) de papeles viejos, aunque la melodía sí que la recuerdo y también es bonita. Con lo de las flores, mañana voy al mercado a compararme unas yerberas y unos girasoles para dejarlas marchitarse con el día en la ventana. Supongo que si algo tan feo como lo que ponés aquí llega a suceder escribiré algún soneto sentido al respecto, por lo pronto, como mi personaje, mi apoyo está con "las pálidas lesbianas y los dulces maricones."
Yo lo que recordé fue la lengua de las mariposas, a propósito de los dientes de abeja.
Antes de eso desrecordé a qué horas National Geographic pasó a ser Nat Geo. (Parece mentira pero hasta ese idioma hay que defenderlo frente a la estupidización, no obstante ser su abanderado)
Y a modo de posdata: una vez hubo un 'ataque de abejas' en mi casa y llegaban más y más y llamamos a los bomberos y mataron a la mitad. La próxima vez las invito a pasar y a tomarse alguito.
¿Es como decíamos hace años..... una comeflorada o será que se te está despertando el ambientalismo? si es que no son lo mismo!!!!!!
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