Como cualquier hijo de vecino disfrute la sonada aparición del famoso toro en la última corrida de Zapote, misma que fue anunciada con bombos y platillos por canal 7, la televisora encargada de tan importante cobertura. Los toros serán muy bonitos, habrá quiénes le van al toro y quiénes le van a los “toreros” en todo caso también hay gente que no le va ninguno de los dos, cosa de gustos.
Mientras por acá pareciera que la tauromaquia gobernaba el interés nacional, Israel llevaba a cabo ataques aéreos y finalmente la invasión terrestre en la franja de Gaza. Las cifras siempre alarmantes, apuntan hacia una masacre de palestinos, en donde los civiles son la mayoría, de estos los niños y niñas suman ya más de cien. Independientemente de los criterios políticos con los que se quiera evaluar dicha situación, la muerte de inocentes nunca debería ser un objetivo militar, sin embargo en este caso así lo es. La infraestructura estatal Palestina ha sido demolida sin consideración alguna, estuviese quién estuviese adentro, así como fueron bombardeadas dos escuelas de las Naciones Unidas que hacían las veces de refugio para los ya refugiados en la estrecha Franja de Gaza, en donde se vivía antes de la guerra, en una situación de pobreza y hambre extrema, producto del bloqueo practicado por Israel. Sin agua, sin electricidad y sin comida, enfrentan la violencia de la invasión israelí.
Mientras todo esto sucedía y sigue sucediendo, el mundo en su mayor parte indignado, busca una solución ante la desoladora situación, por su parte Israel señala que no existe crisis humanitaria. Varias ciudades del mundo levantaron sus voces, en un intento de afirmar que la matanza de civiles no está bien. El primer lunes del año amaneció gris para el millón y medio de habitantes palestinos de la franja. Pero no es que esté utilizando un recurso retórico, las columnas de humo, polvo y ceniza hacían gris el horizonte.
Pero volviendo al tema taurino, gracias a Dios y a la objetividad informativa de canal 7, ese mismo lunes tuvimos una amplísima cobertura de la participación del Malacrianza en el ruedo, así como de los toros más toros, y los siete más intrépidos y que se yo que más. No tengo problema en absoluto con el tema de las fiestas, la cosa es que hemos llegado al colmo con las noticias televisivas en general. No es posible que las dos terceras partes del noticiario se dedicaran al refrito de fin de año y al fútbol, y la situación en Medio Oriente fuera un flashazo de diez segundos. Es hora que se deje de promover la estupidez y la mediocridad, y reclamemos el derecho a información relevante y funcional.